
Ah, la libido… Esta palabra se pronuncia muy a menudo, pero puede resultar un verdadero misterio para muchas mujeres. ¡Y para ti también, quizás! Porque, ¿te has preguntado alguna vez por qué tu deseo sigue fluctuando? ¿Por qué a veces parece que se te escapa, sin poder controlarlo? Buenas noticias: no estás solo. Momentos de estrés, cambios hormonales, simple cansancio… La libido femenina está influenciada por multitud de factores. Este artículo pretende arrojar algo de luz sobre el asunto y explicar todas las razones que se esconden detrás de estas variaciones. Te lo advertimos, te convertirás en un experto en este tema. ¡Vamos !
¿Cómo se manifiesta la libido en las mujeres?
La libido es, simplemente, el deseo sexual. O pensemos en ello más como una energía vital, que puede manifestarse de diferentes maneras en cada uno de nosotros. A menudo lo vemos como el motor de nuestra vida íntima, ya que influye en nuestro deseo de compartir momentos de placer con nuestra pareja.
En las mujeres, las hormonas sexuales juegan un papel importante en el buen funcionamiento de la libido femenina, a través de:
- el nivel de estrógeno (producido por los ovarios) que promueve la lubricación vaginal;
- andrógenos (hormonas masculinas producidas en pequeñas cantidades) que estimulan la excitación sexual.
Los hombres, por el contrario, ven su libido más influenciada por la testosterona.
La libido femenina resulta compleja y generalmente multifactorial. Entonces, contrariamente a lo que uno podría creer, ¡el deseo femenino no es fijo! Y evoluciona según:
- nuestra forma de vida;
- nuestras experiencias personales;
- factores psicológicos y relacionales;
- ciertos contextos emocionales.
Por ejemplo, tenga en cuenta que el estrés, la fatiga o los cambios hormonales pueden afectar su deseo de tener actividad sexual.
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La evolución de la libido en la mujer
La libido de las mujeres está en constante evolución, influenciada por las etapas de la vida por las que pasan.
Durante el ciclo, la ovulación y la menstruación.
Lo entiendes: la libido femenina está fuertemente vinculada a las fluctuaciones en las hormonas sexuales que ocurren a lo largo del ciclo menstrual. Si estás al comienzo de tu ciclo (durante tu período), es posible que experimentes una caída en la libido. O, por el contrario, mucho más apetito sexual.
Alrededor del día 14 del ciclo, el momento de la ovulación, a menudo observamos un pico en la libido. ¡Sí, la naturaleza está bien hecha! El cuerpo está entonces en su punto más fértil, y nuestro deseo sexual sigue su ejemplo, volviéndose más intenso. Nuestra producción de hormonas alcanza niveles elevados que excitan nuestra excitación sexual y alimentan la necesidad de conexión íntima. Este aumento del deseo es por tanto una respuesta natural del cuerpo que favorece la reproducción. Aunque, por supuesto, no siempre es consciente ni está vinculado a un plan de embarazo.
Después de la ovulación, llega la fase lútea, con una caída de estrógenos y un aumento de progesterona. Algunas mujeres pueden notar una disminución del deseo sexual. Esta falta de libido trae consigo los famosos síntomas premenstruales como:
- irritabilidad;
- fatiga;
- dolor pélvico.
Por lo tanto, es posible que tengamos menos deseos de ser sexualmente activos. Y eso está bien: el placer sexual no es algo que se consigue por voluntad propia y volverá más tarde. Así que, escúchate a ti mismo, siempre.
Durante el embarazo
El embarazo, como era de esperar, es un momento de importantes cambios hormonales. Y por lo tanto, afecta la libido femenina de diversas maneras.
A menudo, el primer trimestre no es el momento más oportuno para la vida en pareja, en particular porque:
- náuseas;
- sequedad vaginal;
- fatiga;
- malestar general.
El cuerpo hace todo lo posible para adaptarse a su nueva condición. Y uno puede sentir temporalmente una cierta falta de deseo. A esto hay que sumarle la ansiedad de todos estos cambios físicos, y la llegada del bebé… Pero, de nuevo, no os asustéis: ¡es totalmente normal!
En el segundo trimestre, su relación íntima puede evolucionar. Algunas mujeres notan entonces un aumento en la libido. Los altibajos de los primeros tres meses han pasado, nos sentimos en buena forma. El deseo sexual puede incluso volverse más intenso debido al aumento del flujo sanguíneo a la vagina y al flujo vaginal más abundante.
¡Y por fin llega el tercer trimestre, la recta final! Algunos se sentirán realizados y desearán intimidad. Otras notarán una falta total de libido, porque están demasiado ocupadas con su bebé o demasiado cansadas. Otros estarán preocupados por la seguridad y la comodidad física del bebé. Todo esto influye en si quieres o no tener relaciones sexuales.
Durante la menopausia
La menopausia marca una transición importante en la vida sexual de muchas mujeres. Durante este período, los niveles hormonales (estrógeno y progesterona) disminuyen significativamente. Estos desequilibrios hormonales pueden provocar una bajada de la libido, y algunos síntomas de los que podríamos prescindir, como:
- sofocos;
- sequedad vaginal.
En resumen, suficiente para que la relación sexual sea potencialmente incómoda, incluso dolorosa.
Pero ¿quién dice que la menopausia significa el fin de una vida sexual próspera? ¡Nosotros no! Porque aunque algunas mujeres notan una disminución o incluso una ausencia del deseo sexual... otras viven este periodo como una nueva forma de libertad. Adiós a las preocupaciones sobre los anticonceptivos hormonales. Finalmente podrán explorar su sexualidad con total tranquilidad. Y eso puede traducirse en un aumento de la libido.
¿Qué puede provocar una disminución de la libido en una mujer?
Hay muchos factores diferentes que pueden provocar que una mujer tenga baja libido. A continuación se muestran los más comunes.
1. Estrés y fatiga
Como era de esperar, el cansancio y el estrés no son los mejores aliados de la libido femenina. Y puede afectarle con mayor o menor fuerza.
Es difícil sentir deseo sexual cuando estás estresado debido a:
- problemas en el trabajo;
- de preocupaciones personales;
- responsabilidades familiares.
Mucha sobrecarga mental, poca relajación: en definitiva, nada que nos permita concentrarnos en determinadas sensaciones de placer.
La fatiga física, por otro lado, puede agotar la energía necesaria para una buena salud sexual. Ya sea por falta de sueño o por una agenda ocupada, puede afectar nuestro estado de ánimo. Y de ahí el deseo de compartir momentos íntimos con nuestra pareja.
2. Tratamientos y trastornos hormonales
Como habrás comprendido: las hormonas juegan un papel central en la regulación de la libido. Por lo tanto, la falta de equilibrio hormonal puede tener un impacto directo en el deseo sexual. También hay que recordar que ciertos anticonceptivos hormonales, como la píldora, pueden en ocasiones reducir el deseo sexual.
Algunos tratamientos médicos también pueden afectar la libido. Por ejemplo :
- antidepresivos;
- tratamientos de tiroides;
- ciertos medicamentos para la presión arterial.
Todas estas vías pueden por tanto reducir la libido.
3. Consumo excesivo de alcohol o drogas
No es de sorprender que el alcohol y las drogas sean malos para la libido. Especialmente cuando se consume en exceso.
El alcohol puede:
- afectar el sistema nervioso central;
- reducir nuestra sensibilidad;
- hacer que sea más difícil excitarse y alcanzar el orgasmo.
Las drogas recreativas también pueden tener efectos adversos sobre la libido, ya que pueden alterar el equilibrio hormonal y el funcionamiento normal del cerebro. Provocan una disminución del deseo sexual, así como trastornos disfuncionales:
- problemas de erección en los hombres;
- Falta de lubricación en las mujeres.
4. Relaciones sexuales dolorosas o insatisfactorias
El dolor durante las relaciones sexuales puede ocurrir por varias razones:
- sequedad vaginal;
- infección ;
- endometriosis ;
- trauma físico.
Entonces, si hacer el amor se convierte en una fuente de dolor, es normal ver cómo tu deseo disminuye significativamente.
Pero también podemos sentir falta de satisfacción sexual debido a:
- de incompatibilidad con la pareja;
- por falta de comunicación;
- dificultad para alcanzar el orgasmo (aunque no sea necesario para tener placer).
Podemos entonces sentirnos “obligados” y tenemos menos deseos. Poco a poco vamos perdiendo el interés en el sexo.
5. Trastornos o traumas sexuales
Si ha experimentado disfunción sexual o antecedentes de trauma sexual, esto puede tener un impacto profundo y duradero en su libido. Ya sea violencia sexual, coerción o abuso, las cicatrices psicológicas que llevas pueden impedirte disfrutar de tu vida sexual.
Estas heridas no implican necesariamente violencia: basta haber tenido repetidas experiencias sexuales negativas para sentir una caída de la libido. Y con eso, la vergüenza, la culpa y la imagen corporal negativa.
6. Enfermedades
La libido también puede verse afectada por ciertas enfermedades como:
- hipotiroidismo;
- depresión;
- diabetes;
- enfermedades cardiovasculares;
- enfermedades autoinmunes.
Estos provocan cambios fisiológicos, a veces intensos, que pueden hacer que las relaciones sexuales sean menos placenteras o incluso más difíciles.
En resumen, la libido femenina está lejos de ser una ciencia exacta. Evoluciona según las épocas que atravesamos, nuestras fluctuaciones hormonales y nuestro estado de salud psicológica. Si sientes que tu salud sexual está comprometida, debes saber que no es inevitable: consulta sin demora a un profesional de la salud (médico general, consejero sexual, etc.). Y juntos encontraréis las soluciones adecuadas para hacer las paces con vuestro placer femenino y ver cómo aumentar vuestra libido . Como trabajar en el manejo del estrés, revisar tu dieta o tomar un suplemento dietético para la libido, por ejemplo.