Fatiga inexplicable, aumento o pérdida repentina de peso, cambios de humor... ¿Y si la tiroides fuera la culpable? Esta pequeña glándula desempeña un papel fundamental en nuestro metabolismo, pero también es muy sensible a los desequilibrios. La dieta, el estrés, las toxinas cotidianas... Muchos factores pueden alterarla y afectar tu bienestar. ¡Buenas noticias: es posible cuidar y apoyar tu tiroides con acciones sencillas! En este artículo, te daremos nuestros mejores consejos para que esté en óptimas condiciones y evitar los problemas que la debilitan.
Todo lo que necesitas saber sobre la tiroides
¿Cuál es el papel de la tiroides?
La tiroides es una glándula endocrina con forma de mariposa ubicada en la base del cuello. Suena gracioso, dicho así... ¡Pero su función es fundamental! Es responsable de producir las hormonas tiroideas que influyen en el metabolismo de todo el cuerpo: las hormonas T3 y T4.
¿Para qué sirven estas hormonas? ¡Para muchas cosas! Pero sobre todo, para regular:
- temperatura corporal;
- digestión;
- frecuencia cardíaca;
- gasto energético;
- desarrollo del cerebro y de los huesos (especialmente en niños y fetos).
¿Cómo funciona? Nada complicado. La producción de hormona tiroidea está controlada por la glándula pituitaria, una pequeña glándula ubicada en la base del cerebro. Esta glándula libera una hormona llamada TSH para estimular la tiroides cuando el cuerpo humano la necesita. ¡ Y listo!
¿Cómo puede desequilibrarse la tiroides?
Cuando la producción de hormona tiroidea se desequilibra, esto puede tener consecuencias en muchos órganos. Estas pueden manifestarse de diversas formas:
- Hipotiroidismo: La glándula tiroides produce muy pocas hormonas y ralentiza el metabolismo. Esta afección suele estar causada por la enfermedad de Hashimoto, una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunitario ataca la tiroides. O, en ocasiones, por una deficiencia de yodo. En todos los casos, el tratamiento consiste en la terapia de reemplazo de hormona tiroidea.
- Hipertiroidismo : La glándula produce demasiadas hormonas y acelera el metabolismo. En este caso, la causa principal es la enfermedad de Graves (otro trastorno autoinmunitario) o la formación de nódulos tiroideos hiperfuncionantes. El tratamiento incluye fármacos antitiroideos, yodo radiactivo o extirpación de la glándula tiroides.
- Nódulos tiroideos : Se observa la aparición de nódulos (= pequeñas masas benignas o malignas). En todos los casos, se requiere seguimiento médico para evaluar su desarrollo.
- Tiroiditis : Inflamación de la glándula tiroides, ya sea transitoria o crónica, que puede tener diferentes efectos en la producción de hormonas.
Durante el embarazo, el cuerpo necesita producir más hormonas tiroideas para asegurar el correcto desarrollo del bebé. Sin embargo, en algunas mujeres, este aumento de la demanda puede indicar un trastorno tiroideo no detectado previamente.
Por eso te recomendamos que te hagas la prueba si crees que estás en riesgo. Por ejemplo, debido a tus antecedentes familiares o a ciertas señales de alerta. ¿Cuáles? ¡Sigue leyendo!
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¿Cuáles son los síntomas de la disfunción tiroidea?
Varios síntomas pueden indicar un problema con la regulación de la hormona tiroidea. Sin embargo, suelen variar según el trastorno que se padezca.
En caso de hipotiroidismo podemos observar:
- fatiga física;
- aumento de peso inexplicable;
- frialdad;
- piel seca;
- una ralentización del tránsito intestinal;
- trastornos de la memoria y del estado de ánimo (que a veces pueden conducir a la depresión).
En los casos de hipertiroidismo observamos más bien:
- palpitaciones;
- sudoración intensa;
- insomnio;
- pérdida de peso rápida;
- temblores;
- diarrea;
- nerviosismo.
Generalmente, también pueden aparecer otros síntomas. Estos incluyen:
- pérdida de cabello;
- trastornos del ciclo menstrual;
- problemas de concentración;
- hinchazón del cuello.
Cuida tu tiroides a través de tu alimentación
¡Ten en cuenta que la mejor manera de cuidar tu tiroides es adoptar primero una dieta saludable! Algunos nutrientes son esenciales para el funcionamiento normal de las hormonas tiroideas, mientras que otros pueden alterar su asimilación o regulación.
Alimentos a favorecer
Para el buen funcionamiento de tu glándula tiroides, te aconsejamos favorecer alimentos ricos en:
1. En yodo
Una buena ingesta de yodo es esencial para el funcionamiento óptimo de las hormonas tiroideas. Especialmente durante el embarazo, ya que el yodo y el embarazo se complementan a la perfección. Lo encontrarás principalmente en:
- algas (wakame, nori, kombu);
- pescados grasos y mariscos (sardinas, bacalao, camarones, ostras);
- sal yodada (intente elegir fuentes sin refinar).
2. En selenio
El selenio protege la tiroides del estrés oxidativo y participa en la producción de T3 (la forma activa de la hormona tiroidea) a partir de T4. Se encuentra en:
- nueces de Brasil;
- pescados grasos (atún, salmón, caballa);
- huevos y cereales integrales.
3. En zinc
La ingesta de zinc es necesaria para la regulación de las hormonas tiroideas. Está presente en:
- carnes rojas y aves;
- mariscos (ostras, cangrejos);
- legumbres (garbanzos, lentejas).
4. En hierro
¡Cuidado con la deficiencia de hierro, especialmente si estás embarazada! Los síntomas de deficiencia de hierro son muy comunes durante el embarazo. Para abordar esto mientras cuidas tu tiroides, las mejores fuentes son:
- ciertos productos animales (carne roja e hígado);
- verduras de hojas verdes oscuras (espinacas, col rizada);
- legumbres y semillas de calabaza;
- un suplemento dietético de hierro .
5. En vitamina D
Esto promueve la absorción de minerales necesarios para la función tiroidea. Se encuentra en:
- ciertos alimentos marinos (pescado azul y aceite de hígado de bacalao);
- algunos productos lácteos;
- el sol.
6. En tirosina
Es un aminoácido que participa en la producción de hormonas tiroideas. Se consume en:
- carne y huevos;
- productos lácteos;
- almendras y aguacates.
Alimentos que se deben evitar
Por el contrario, ciertos alimentos deben evitarse si se consumen en exceso. Entre ellos se incluyen:
1. Bociógenos (en exceso)
Ciertos alimentos, consumidos en grandes cantidades, pueden interferir con la absorción de átomos de yodo. Estos se denominan bociógenos y están presentes en:
- verduras crucíferas (col lombarda, brócoli, coliflor, rábano);
- soja y sus derivados (tofu, leche de soja).
2. Productos ultraprocesados
Una dieta rica en aditivos favorece la inflamación y puede alterar la tiroides, por lo que es mejor centrarse en una dieta sana, natural y mínimamente procesada.
3. Exceso de gluten
En algunos individuos predispuestos, el gluten puede desencadenar una reacción autoinmune que puede empeorar el hipotiroidismo, particularmente en casos de enfermedad de Hashimoto.
Cuida tu tiroides a través de tu estilo de vida
Adoptar un estilo de vida saludable también puede ser una excelente manera de cuidar la tiroides. Sí, algunos hábitos pueden protegerla… mientras que otros la exponen a desequilibrios.
1. Dejar de fumar
El tabaco no es bueno para la glándula tiroides. Contiene sustancias tóxicas que alteran la función tiroidea, especialmente tiocianatos, que pueden interferir con la ingesta de yodo.
Por lo tanto, los fumadores corren un mayor riesgo de desarrollar nódulos, enfermedad de Graves o tiroiditis autoinmune. ¡Dejar de fumar es prioritario para mantener la salud de la tiroides!
2. Gestiona tu estrés
El estrés crónico aumenta la producción de cortisol, una hormona que puede ralentizar la conversión de T4 a T3, reduciendo la eficiencia de la tiroides. Para evitar este círculo vicioso, intente adoptar técnicas de relajación como:
- meditación;
- yoga;
- o coherencia cardíaca.
¿El imprescindible? ¡Buenas noches con un sueño reparador, nada más efectivo!
3. Practique actividad física con regularidad
El ejercicio físico promueve un metabolismo saludable, una buena circulación sanguínea y ayuda a regular la producción de hormona tiroidea. Puedes realizar actividades moderadas como:
- caminar a paso rápido;
- nadar;
- o la bicicleta.
Con esto aumentarás tu energía y reducirás tu estrés oxidativo, a menudo implicado en los trastornos de la tiroides.
4. Evite los disruptores endocrinos
Tenga cuidado con los disruptores endocrinos presentes en plásticos, cosméticos y algunos pesticidas. ¡Imitan o bloquean la acción de las hormonas tiroideas! Para limitar su exposición, le recomendamos:
- Promover alimentos orgánicos:
- evitar los recipientes de plástico calientes;
- y favorecer los productos de cuidado natural.
En resumen, cuidar la tiroides se basa en tres pilares: una dieta adecuada, un estilo de vida equilibrado y el control de las señales de alerta. Así, al proporcionarle a tu cuerpo los nutrientes esenciales, limitar los factores de estrés y evitar las toxinas, estás apoyando el buen funcionamiento de tu glándula tiroides.